Empezó a pintar el alba
los senderos y caminos
y tardó como un suspiro
entre tonos de luz blanca,
se despertaron las flores
bañadas por el rocío
despidiendo el negro frío,
de una noche que acababa.
Se iluminaron tejados
al despertar la mañana
y los cristales, borrachos
de agua de las ventanas
por el sol deshidratados,
se adornaron pueblo y campo
con el trino de las aves
y el crepúsculo, esperado.
Amaneció como siempre
por los rincones perdidos
por los valles y barrancos,
y las sombras fueron dando
a la luz del sol su paso
como guerreros vencidos,
se pintaron de colores
las hojas, de los olivos.
Los geranios en balcones
el cielo, cual candelabro
y gritaba el campanario
con su voz de hierro y bronce,
entre nubes se hizo paso
la luz del sol y sus rayos
todo ya se ha despertado,
ya no hay resto de la noche.
Las estrellas que tiritan
por el frío, se han marchado
y la luna se ha quedado
para ver de nuevo el día,
todos ya se despertaron
de ese sueño que tenían
amanece, y es temprano
la oscuridad se termina.
Nace de nuevo la vida
de una sombra que perece
y sin su luz, solas mueren
las farolas consentidas
amanece, por campiñas
y mi pluma reverdece
otra vez hago poesía
otra vez.. mi alma siente.