En las Vacaciones de Dios, ¿Quién Asume?
En las vacaciones de Dios,
nadie asume el cielo.
El cargo queda vacío,
pero la culpa no.
Los hombres intentan administrar
el caos con oraciones vencidas,
firmando decretos morales
en nombre de ausencias antiguas.
Sin divinidad de turno,
queda el espejo y la elección:
o se asume la responsabilidad
o se terceriza la propia historia.