Pudiera amarte ahora,
pudiera amarte siempre.
Los años son segundos
y un beso arde eternamente.
Pudiera peinarte cada día
de la nuca hasta la frente
y despeinarte cada noche
bajo la luna de diciembre.
Pudiera acariciar tu piel
y tu espalda irreverente.
Moldearte y esculpirte
en tu belleza hiriente.
Pudiera arder en ti,
y tu ser fuego en mi fuente,
tu mojarme sin ser agua
y yo secarme en tu fiebre.