¿Por qué esas dulces palabras,
sé transformaron en fuertes armas?
¿Por qué las risas sinceras,
sé volvieron heridas tan claras?
Decías ser un buen novio,
pero conmigo eras diferente,
después todo fue un agobio
pues las cosas fueron evidentes.
Aún dices que me amas,
pero yo ya no te creo,
porque el amor no se promete
cuando el daño sigue entero.