Pero no la maldigas: no fue hecha para alcanzarla.
No es destino, es dirección.
Y así seguimos: ella sube, yo avanzo.
Nunca será mía, nunca será tiempo, pero mientras exista esa luz que no llego a tocar, seguiré andando.
Porque la utopía no es la meta.
Es la distancia que nos nombra.
Es el paso que aún no dimos.
Es la razón de caminar.
@gustavosuarez.escritor