Quisiera dejar de creer en el “amor”.
Ya no es como antes,
no como la primera vez.
Y duele saber
que cada vez que miro el cielo nocturno,
las estrellas desaparecen detrás de las nubes,
la luna se oculta,
y la lluvia me nubla la vista.
Como si el amor,
igual que la luna
y las estrellas,
ya no quisiera mostrarse,
al menos, no como antes,
no como la primera vez.
Duele saber
que, por más que intente,
mi corazón ya no siente.
Aún guardo la esperanza
de que, en alguna noche lluviosa,
nublada y tormentosa,
llegue el viento y arrase con todo esto,
para que algo nuevo pueda iniciar.