Llegaste sin anuncio
como la marea baja
que nadie espera
y sin embargo cambia la orilla.
Fuiste sal en el aire
un temblor azul en la distancia
un gesto pequeño
que aprendió mi nombre
antes de tocarme
Tu amor fue furtivo
no por miedo
sino por delicadeza
sabía que lo eterno
entra despacio.
Desde entonces el mar me habla
con tu voz
las olas repiten tu latido
y mi pecho es un puerto
que solo tú reconoces.
Amarte es eso
esperarte sin ruido
dejar que regreses
como regresa el mar
siempre
aunque nadie lo note.