Yalmar Acosta

Votos de Invierno

 

Abrió sus pétalos buscando el cielo, 

y con auroras de luz se vistió; 

aun siendo flor, soñó con el vuelo, 

y en su inocencia, del sol se prendó.

 

En su silencio lo amó cada día, 

mas no lograba su abrazo alcanzar, 

y se arraigó con ilusa alegría, 

como quien ama sin nada esperar.

 

Llegó el invierno callando la vida, 

y un manto blanco al mundo cubrió; 

de nieve pura la vieron vestida, 

y ante el altar su llegada aguardó.

 

El sol la vio, engalanada en promesa, 

tan bella y frágil, fiel a su ilusión, 

que al contemplarla en su hermosa rareza, 

no pudo más que adorar su pasión.

 

Bajó a buscarla y a quitarle el frío,

con rayos tibios su piel desvistió; 

y en cada beso se fundió el rocío, 

y así los colores él le devolvió.

 

Son desde entonces dos enamorados, 

ella le sonríe, él le da calor; 

y aunque por siempre se ven separados, 

después de la noche se entregan su amor.

 

Así cada año, al llegar el invierno, 

ella se viste de blanco otra vez, 

él regresa a amarla con su fuego eterno,

y renuevan sus votos con fiel timidez.