Éxtasis
Contemplaré tus ojos para observar el mundo
que encontraré en el alma, notable cual doncella:
diciendo que eres dulce, contando que eres bella
y verlos fijamente, no dudaré un segundo.
Mis ojos son los ojos de un soñador profundo;
el hombre tesonero que resguardó la estrella,
que persiguió la luna, mas decidió por ella
como un amante joven que espera sitibundo.
No dudaré siquiera mandarte el primer verso
con el que te asegure que busco en tu universo
la luz de dos luceros, te lo diré enseguida.
No dudaré tampoco mirarte más a diario,
ni miraré otros ojos como algo necesario;
pretenderé contigo vivir toda la vida.
Samuel Dixon