…Pasado un tiempo que se había convertido en muchas horas fue cuando apartó la mirada del libro y levantó la cabeza: y fue así como descubrió que el día se había escapado.
…Y al final de la tarde salió
La noche a pasear:
Lo hizo por las
Rendijas del
Fechillo, y
Así entrarás a escondidas
Cuando ya las
Sombras se hayan
Escapado tras
La luz del
Nuevo
Día.
Entonces, en un momento dado, miré atrás; lo hice mientras caminaba…Quería ver, saber y comprobar si mis pasos me acompañaban.
Hay muchos momentos en la vida de las personas en que hechos concretos que pudimos haber evitados no los fueron porque, entonces, no supimos no mirar atrás – como decimos hoy – sino no mirar delante, de frente.