Hace años llegué a esta ciudad
Tuve frío, hambre, miedo
Corrí, sudé, aprendí:
Moverse como única alternativa
En el áspero asfalto de estas calles
Mis pies, descalzos y mis ojos vidriosos
Conocieron el amor y el odio
la impresión de vivir
Desde entonces, todo es ligereza
Un frenesí al que mi cuerpo
Y todos los demás, acudimos para olvidar
Lo importante, lo valioso
Sin embargo, qué habría sido de mi
Si no hubiese aceptado esa velocidad,
No tendría hoy esta fuerza que me invade,
Este momento, de al fin detenerme a contemplar