La melancolía de azahar emite fragancia
a la marca que la espera por costumbre;
el aire se satura en su ermita y no presume
del uso repetido del naranjo sin infancia.
El oxígeno orador registra la sustancia
como pachuli persistente en el pasillo;
el pavimento no eleva: solo el grillo
una humanidad perfumada de elegancia.
El marcador impone su flujo en sistema,
audita monetización de aroma en la gente,
como quien calibra un protón inteligente.
Chanel operativo procesa la carga.
Siete perfumes generan un poema.
El Versace ejecuta. Permanece sin recarga.
Copyright
© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
Todos los derechos reservados