John David

Disipación de la herida

¿En qué hemisferio de este planeta se ocultan las respuestas,
en qué gaveta,
en qué reflejo dormido en la superficie del agua?

Esta predisposición a hacer esto y aquello,
aun cuando esas acciones se escapan de lo que queremos.
El dolor en su estado más puro es cíclico,
patrones erráticos que se repiten como ecos distantes.

Hasta que un día despiertas y algo cambia,
una grieta mínima en la psique,
una sombra que se disuelve sin previo aviso.
Empezamos a comportarnos diferente,
sin saber muy bien por qué.

Y quizá de eso se trata la vida,
de empujar el peso de nuestros dolores
hasta que el peso cede,
por inercia,
por la confabulación de los movimientos del universo,
por dios,
y también Dios,
y sobre todo, por uno mismo.