ESPECTÁCULO CELESTE
En una tarde de viaje en automóvil,
todo era sucesión de nubes variadas
sobre el parabrisas o contra las ventanillas laterales:
un continuo de nubes grises, amarillas,
con voluptuosidad casi carnal en ciertas
formaciones rosas, y hasta con un toque
de azul o azulado que asustaba un poco,
con nubes que se sucedían en formación
insólita, como si fueran frutos
de un pensamiento febril o, por lo menos,
original y extravagante. Unas eran
de apariencia nudosa y compacta,
otras, por contra, telarañosas,
una frágil cortina que el sol
traspasaba aunque muy débilmente,
y a ratos tan cargadas sus ubres,
que dejaban caer un torrente.
Lo que me llevó a pensar que un cielo azul, despejado
es siempre más aburrido
que un cielo gris y con nubes.
Gaspar Jover Polo