Se sacudieron los huesos
el polvo, las pieles secas
formándose cuerpos nuevos
entre carne medio muerta,
se alzaron del inframundo
los ejércitos de arena
resurgiendo de cavernas,
como en otro firmamento.
Medias almas de un averno
medias vidas, medios cuerpos
resurgen de las cenizas
entre la carne y los huesos
agarrándose a esta vida,
ofreciendo ser eternos
a razones y conceptos
dando su carne podrida.
Como el cáliz de los muertos
sus órganos, en vasijas
guardaron por tener vida
pagando la vida eterna,
resurgen cuerpos infectos
que con la muerte caminan
siendo ejércitos de heridas
en la arena del desierto.
El oráculo del tiempo
como juez de lo divino
negó tener paraíso
y ofreció el mismo infierno,
almas crujientes de huesos
cuerpos en llagas podridas
corazones, sin latidos
de un ejército de muertos.
En Egipto, llora el Nilo
las pirámides se quiebran
mientras siguen en sus piedras
la historia, cual pergamino
que nos dice y nos cuenta
que hubo, un tiempo perdido
de reyes muertos con telas
de momias, de sacrificios.