el brujo de letziaga

Son tres y se confunden...

 

Son tres y se confunden,
el que ama, el que trabaja, y el que sonríe,
en esta ciudad inviable...

 

Y en el viejo horizonte,
como una anciana solitaria, la luna se mueve,
bien que me lo parece...

 

En la calle de siempre,
veo rostros que recobran vida al olvidarse,
entre sueños solamente...

 

Algo también sucede,
que la gente se sienta para luego levantarse,
murmurando sordamente...

 

Y de mí, formando parte...
el escribir de soledades vestidas con mi nombre,
al gusto de un café humeante...