Cada vez que alguien recita tu nombre
suena para mis oídos como un susurro,
como leve suspiro que entre olas se esconde
cuando el mar lame la playa sabiéndose suyo…
“GABRIELA” es el trocito de cielo
arrancado de la bandera del firmamento
que Dios utilizó para emparchar un hueco.
El de mi alma, que cicatrizaste con tu aliento.
Tu nombre se parece mucho a una caricia,
a un murmullo vagabundo y lejano,
a un coro de duendes con voz de brisa
que utilizan para rimar en su canto.
“GABRIELA”, así se llama la partitura
que siempre está sobre el piano de la “Realidad”
cuando se sienta a soñar fantasías puras
de amores de ensueños sin final.
“GABRIELA” es el himno que suena en las campanas
cuando en la catedral de tu cuerpo
el anhelo y el deseo entonan esperanzadas plegarias:
tu nombre siempre sinfonía, que canten con voz de viento…
“GABRIELA” es el ángel que anunció el nacimiento del amor,
es el ángel hecho mujer que bajó desde el cielo.
“Gabriela” con sus palabras mágicas corrió la roca de mi corazón.
Es el sinónimo del amor…
…y el nombre de la mujer de mis sueños