En lo que de mí dependa,
evitaré los lugares
que siendo tan familiares,
hacen que extraña me sienta.
En lo que de mí dependa,
no ofreceré la mejilla
a quien afirma quererme
con palabras de humo y niebla.
En lo que de mí dependa,
no rondaré la basura
en busca de algún mendrugo
de afecto que me sostenga.
En lo que de mí dependa,
se acabaron los combates
contra molinos de viento.
Dios, que es bueno, lo comprenda.