Desde mi adolescencia
comencé a escribir versos
con los pensamientos
de mi propia esencia.
Fui sembrando mis letras
al pasar de los años
y fui cosechando
espíritu de poeta.
Escribir fue mi vida
en veranos e inviernos
y en los surcos del tiempo
fui dejando semillas.
Escribir fue mi vida
en veranos e inviernos
con fábulas y cuentos
y frases reflexivas.
Escribir fue mi vida
en veranos e inviernos
dejando en cuadernos
sembradas mis rimas.
Luego fui a las escuelas
como un buen maestro
sumergido en mis versos
de estructura ingenua.
Luego fui a las escuelas
como un buen maestro
asumiendo el reto
de mostrar mis letras.
Luego fui a las escuelas
como buen maestro
con mi semillero
y el honor a cuestas.
Luego fui a las escuelas
como buen maestro
con versos y cuentos
y el alma plena.