Como todos, solo he tratado de vivir
de caminar las orillas del bien y del mal,
un destino que por azar lo tuve que elegir
y que ese sueño se veía demasiado real.
Como pocos, tuve la oportunidad de sentir
al mismo pecado envuelto en la pasión,
donde conocí al beso que es para despedir
y conocí la pena de una gran decepción.
Como todos, he respirado para morir
por el tiempo que me fue envejeciendo,
aunque mi rebeldía me dicte a seguir
mis pasos me llevan a ser un recuerdo.
Como pocos, tuve la necesidad de escribir
darles a las palabras un poco de vida,
y como no las necesito adonde voy a ir
las dejo aquí porque son mi despedida.