Mi mente muda se abre,
a un espacio vital que su paz me esparce...
y que a su sonido me propone...
Me oculto en su lenguaje,
en el montón de palabras que me aparecen,
de brujas y de flores...
Siendo una gran suerte,
el poder configurar las visiones de tantas luces,
con mis ojos que son sus llaves...
De hecho, creo ser un ángel...
en este misterio fascinante de aquello que nace...
y que me llena de perfumes...