Aquí, frente a ti, en mi imaginación, te digo,
que en la esencia del ayer,
busco aún entre las sombras tu figura,
ese nombre que en mi alma es constante.
Anhelo las palabras que me dabas,
los chistes simples que nos hacían reír,
tus manos, caricias que ya no esperabas,
y el sabor de tus besos al marchar.
El atardecer fue cómplice de confidencias,
testigo mudo de un encuentro fugaz.
Hoy, solo quedan imágenes sin presencia,
un espejismo que no volverá jamás.
Sé que el camino juntos se ha extinguido,
y aunque las heridas aún punzan al tacto,
mi corazón, aunque te extraña afligido,
sigue adelante, sin aferrarse al pasado abstracto.
Aunque la razón me dice que no te invoque,
la nostalgia me abraza en la noche fría.
Tú, fantasma que aún me provoque,
en la esencia amarga de la melancolía,
aquí, frente a ti, solo en mi imaginación.