El balcón de la pasión...
Te sentí llegar por atrás y subir al balcón de la pasión que nos atrapa siempre que estamos juntos.
Sabemos que nos apasiona recordar nuestras citas en el balcón de la pasión.
Nos encanta recordar las primeras citas en el balcón y en especial aquella que vivimos complacidos,
en una noche de lluvia de estrellas, se veía espectacular, y creo que eso nos llevó
a la pasión y explotamos, en un abrazo de emoción, me diste tus besos de fuego,
sentí tu lengua, pasear por mi cuello, luego tu mano, se fue deslizando, sutilmente, por la espalda,
pero al momento ya las tenías por enfrente tocando con tus manos suaves
mis botones de rosas encendidas, había fuego, pasión, yo estaba encendida,
y me sentí estremecer en tus brazos, me sofocaste, sentí tu boca dándome tu aliento.
En el balcón de la pasión, de aquella noche, encendida ardiendo dos cuerpos ¿Cómo olvidarlo?
En mis manos se quedó el olor de tu pelo, y la canción no paraba, y tus labios que ardían por quemarme,
y el dulce olor de tu piel morena se confundida con la mía y la tuya se escondía en el escenario de mi piel,
En un roce donde mi alma se estremeció y hueso con hueso era el crujir de dos cuerpos encimados, conectados,
la pasión que nos ahogaba, llevándonos al éxtasis a los dos. Estoy segura, que los dos, guardamos recuerdos de esa noche,
Que nos llevó al balcón y experimentamos la dicha inmensa de almas que comulgan amándose en mente y espíritu,
Porque tú eres yo y yo soy tú en una conexión de almas. ¡Te amo! somos almas viejas.
Vamos al balcón que nos atrapa las noche que nos vemos.
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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ADISTANCIA DE TU PIEL.
Nada vuelve a ser lo mismo.
Ni la primera vez que te vi,
ni el último verso que escribí.
Entraste como una fiebre, como una idea fija;
creí que te irías, pero echaste raíces.
Ahora no hay dique ni muro que aguante,
porque al mirarte, mi defensa se disuelve.
Nada se compara a quererte en silencio.
Es estar ahí, presente pero invisible,
a distancia de tu piel.
Las pupilas son gravedad, y yo un planeta ciego
orbitando una luz que acabará por matarme.
Me convertí en arquitecto de mundos de humo,
un paraíso fantasma donde solo cabemos dos.
Me hiciste tocar un cielo falso,
sentirlo todo...
mientras tu corazón se vuelve invierno perpetuo.
Autor: Álvaro s.