Para quienes han descubierto que la verdadera mística no reside en lo inalcanzable, sino en la mujer enigmática que habita en el alma, cuya mirada desarma, cuya sonrisa cautiva y cuyo toque devuelve la vida. Para quienes saben que detrás del porte felino y la fuerza dominante, late un corazón puro que lucha, siente y ama con una sinceridad que desarma toda razón. Que estos versos sean un homenaje a ese misterio hecho carne, a esa calma que nace de la tormenta compartida, y a la dicha que, una vez encontrada, merece ser protegida con todo el tesón del amor.
Para ti, mi Pantera Negra.