En esta Navidad sin ti, el árbol se enciende solo,
con luces frías que no calientan mi alma en duelo,
busco tu nombre entre las ramas con anhelo,
como quien busca una estrella caída en el suelo.
Te recuerdo descalza sobre la alfombra, riendo,
mientras colocábamos la estrella, el tiempo huyendo,
tus pequeñas manos guiando las mías, sintiendo,
tu aliento de canela, que iba el ambiente perfumando.
Ahora la casa huele a pino ausente, callado,
a silencio que pesa más que la nieve a mi lado,
el niño que fui, espera aún tu llegada, ilusionado,
con el corazón hecho un farol, siempre encendido.
Amor mío, mujer de todas mis navidades, añorado,
te extraño como se extraña el mar, devastado,
con un vacío que canta, con un fuego que ha quemado,
con un amor por ti, que nunca se ha apagado.
Si pudieras ver esta noche desde algún lugar lejano,
verías que mi deseo no pide milagro en vano,
solo pide tu regreso, tu voz diciendo \"te amo\",
tus dedos deshaciendo este nudo tan inhumano.
Mientras tanto, guardo tu ausencia,
como quien guarda una vieja fotografía,
dentro del bolsillo más cercano al corazón,
recordando, añorando, nuestra memoria.
Y brindo por ti, con una copa vacía,
porque todo lo lleno que hay en mí,
todo por lo que he luchado en mi vida,
todo, todo te pertenece todavía.
Feliz Navidad, mi amor,
dondequiera que estés,
que la luz de estas fechas,
te encuentre y te abrace,
como yo no puedo hacerlo hoy.