Ven camina conmigo en las orillas del mar,
te invito a gastarnos una tarde…
paseando descalzos por tan paradisiaco lugar,
sintiendo esa extraña impresión…
de ser arrastrados a las profundidades de la seducción,
al fondo del deslumbramiento de las aguas marinas …
en donde se construyen leyendas sempiternas…
de cariños ilusorios…
entre sirenas y navegantes,
en escenarios supuestos…de belleza sobrenatural.
Ven conmigo a contemplar el anochecer…
te puedo asegurar un espectáculo sombreado de embrujo,
de una magia sin igual,
a donde podemos viajar con la imaginación.
Arriesga algo de tu realidad…
y deja que mi creatividad… te traslade a un edén de pasión.
Ven conmigo a ver el majestuoso océano en todo su esplendor,
te invito a escuchar los sonidos de su elocuente trajinar…
y experimentaremos juntos …la eufonía que representa su resonancia…
al ritmo de cada ola…
que descarga su ímpetu contra el arrecife de coral.
Ver el mar me da una inexplicable paz…
a pesar del arrebato de su proceder…
que se pone impetuoso y arrogante…
como queriendo graduarse de indomable…
como buscando ocultar…
sus atributos de calma y serenidad.
Ven siéntate conmigo en esta inmensa ribera…
hagamos un castillo de arena para los dos,
donde tú seas la princesa…
y yo el hidalgo caballero…
que te llegue a conquistar.
Juguemos a ser dichosos…
que nos merecemos la fantasía de alucinar…
después de tantos episodios… sin poder ser feliz.
Ven, coincidamos un momento en estos versos,
y disfrutemos la sublime emoción…
de ese sentimiento perpetuo …
que se hace llamar amor.