Alberto Escobar

Quédate

 

 

Si te quedas
le devolvería a mi 
cristo en una promesa
todo lo que me da, lo que
me ha vuelto a dar con esto,
con esto que me está dando aho
ra, sin merecerlo, creo, por qué.
Si te quedas te construiría,
ahora, si te quedas, un hueco
en mi colchón, un nido de ramitas
tiernas de cedro, de esos que ni un ven
daval podría llevarse por mucho que se em
peñara, y tapizaría de plumas de oca los inters
ticios que necesariamente quedan entre rama y rama,
y así asegurarme de que ninguna corriente, ninguna, 
ni siquiera agua de lluvia, se filtraría para maltratar tu sa
lud, para cercenarme tu entrega, tu fuego, tu rocío, tu despa
rramarte sobre mi pecho. 
Si te quedaras...
Quédate, por lo que más quieras si no es
a mí. Estarás caliente, alimentada, no te
faltará cuchara llena que llevarte a la boca,
ni vestido de seda o de esparto según el m
omento, ni sonrisa, ni risa, ni gracia de las
de payaso, esas que me gusta hacerte, y ni o
tras tantas y tantas cosas....
Piénsalo, tranquila, ahora, aprovechando
la vacación, el sosiego que te circunda, y 
me dices, no tengo prisa, sí ganas. 
Tengo almohada de plumas, caliente..., y col
chón de viscolátex, como a ti te gusta. 
Tranquila...