Con el cansancio del espíritu mi corazón se ha cansado tanto de verse entre estos barrotes, que su percepción se ha transformado; Ya no ve el mundo exterior, solo la prisión. Para él, es como si hubiera mil barrotes y atrás de los mil barrotes, ya no hubiera mundo. El movimiento circular de la resignación se pasea en círculos cerrados, conforme, una y otra vez. Un momento fugaz de conexión, un instante… En que las cortinas de mis ojos se levantan al ver tu silueta, entrar en mi conciencia, solo para morir en mi amnesia. Sus pasos son como un baile, alrededor del centro, en que una rueda paralizada se queda. A veces… El recuerdo de tus ojos me levanta sin hacer ruido y a la vez la suavidad de tu cuerpo, entra en mi recuerdo, pasa por el silencio de mis hombros, llega al corazón y muere.