Jesús Ángel.

Entre el sol y la luna.

 

Cuando escribir es viajar a los recovecos de la mente y del espíritu,  hallar serenidad en la hondura,  
detener el tiempo en la meditación y la reflexión;  
reconocerse en el encuentro  
y descansar en la paz.  

Cuando escribir es exprimir el mismo universo que se halla en la cabeza,
y descender al mundo interior donde habita el alma, mientras el lápiz rasga la mesa.

Es apartarse del ruido del mundo alterado  
y coser, en silencio,  
las grietas de la propia esencia y  ser.  

Cuando escribir es saber que no se llega a ningún lugar, porque el río siempre fluye hacia el mar
y comprender que, al estar ahí,  
ya no se pertenece a otro sitio.  

Porque escribir no es destino, sino presencia:  
es el encuentro con el silencio que habita en uno mismo, detener el tiempo y el ruido exterior.

Cuando escribir es un mapa que se construye al trazarlo,  
una brújula que sirve de guía  
y un tesoro nacido del alma.  

Entonces escribir se vuelve maestro, y entre el sol y la luna, al filo de las letras —de la primera a la última, de la A a la Z.

Por todo lo que te aportan, por todo lo que te exigen y por siempre querer más.

¡uno acepta ser  
su eterno aprendiz!