Esos gritos de inocencia
Me encanta ver los párvulos inocentes,
Después de haber salido del vientre de sus madres,
Y los ojos así felices en el rostro de sus padres,
Yo me siento satisfecho y me muerdo los labios con los dientes.
Esos gritos de inocencia, de cada párvulo simple,
Y yo que me paro a agarrar un vasito y que pimple,
Tras unas gotas de vino tinto, sonriendo a la vida,
Me voy a cobijar bajo esa planta rígida.
Me adormezco, esperando que el viento desvanezca,
Abrir el portal de mis sueños y que crezca,
Que crezca esta gana de luchar en cada situación,
Deseando que en mi existencia tenga una variación,
Una variación tan cariñosa con los demás,
Que me dejaran libre, y que no me escarnezcan nunca más.