El amor, ese viajero sin brújula,
llegó a mi corazón sin pedir permiso.
No recuerdo el instante exacto,
pero sé que me perdí entus ojos.
Mi vida, antes blanco y negro,
se tiñó de colores cuando apareciste.
Eres la melodía que nunca olvidaré,
la razón detrás de cada latido.
Sé que a veces de dejé de lado,
pero en mi corazón siempre estás presente.
Eres mi constelación en la noche,
mi refugio en las tormentas.
Así que, sin razón ni lógica,
te guardo en el rincón más profundo de mi alma.
Porque el amor no necesita explicaciones,
solo se siente y se vive.