Cielo, es claro
por él mi desvelo.
Cada que pestañas
en océano se hunden.
Como invierno es
su destello, cuyo brillo
mi alma congela.
He intentado tantas formas.
He contenido tanto tiempo.
Admito, soy víctima de
su juego.
Es como granizo, imprevisto.
Indecisa, en si rozar su boca me
encuentro. O si siquiera robarle
un beso.
Pero brilla.
Oh, cómo encandila
su mirar.