Anges
Bajo susurros de oro,
tres ángeles lentos van,
como un recuerdo en coro
que se niega a olvidar.
Cae la nieve en sigilo,
blanca bruma en suspensión;
y en sus alas —oh, hilo fino—
tiembla un viejo villancico en flor.
Nada —apenas un gesto—,
y el alma empieza a sonar:
campanas de tiempo y viento
que enseñan a desear.
Oh dulce luz que perfuma
la noche al titilar:
ángeles de tenue espuma, esta noche…
¿Qué sueño mío querréis guardar?