Mi amor, te amo en silencio,
en lo que callo y en lo que no sé decir.
Te amo cuando miro tus ojos
y cuando tu risa me envuelve y me devuelve la vida.
Te amo sin dudar, sin condiciones,
porque contigo puedo ser yo, sin fingir.
Te amo en lo simple, en lo mágico,
y en cada oración por todo lo bello que Dios me regala contigo.
Te amo, te amo… y no me cansaré de decírtelo,
no solo porque lo sienta,
sino porque eres alguien que merece ser amado así.