No sé si soy una persona triste
con vocación de alegre.
-Mario Benedetti
A veces creo
que esa es mi vocación,
no la de escribir,
porque es solo una función
de esa vocación.
Me refiero
a la aptitud de contar
mis tristezas
y mis penas.
Otra función que creo que
hace parte también
de esa vocación
es la de regalar una sonrisa
o un consuelo
a través de mis letras,
hacer sentir al lector menos solo,
pero aquí entre nosotros
sucede que no siempre
estoy triste,
porque el hecho
de ser un consuelo para otros
crea en mí pequeños momentos
llenos de alegrías,
y es cuando se crea una paradoja
de haber un poco de felicidad
en mi vocación
de ser triste.