En un mundo gris, de sombras y dolor,
lucho a diario, contra el cruel destino, señor.
Con el alma herida, y el cuerpo cansado,
pero con la esperanza, aún intacto y amado.
El destino me golpea, sin piedad ni razón,
me arrebata sueños, y mi corazón.
Me pone obstáculos, difíciles de escalar,
pero no me rindo, sigo sin igual.
He perdido batallas, he llorado a mares,
pero me levanto, con nuevos lugares.
Porque sé que dentro de mí, hay una fuerza,
que me impulsa a seguir, sin dar reversa.
He visto la injusticia, y la maldad,
pero también la bondad, y la verdad.
He aprendido a valorar, cada pequeño instante,
y a encontrar la belleza, en lo más distante.
Así que sigo luchando, contra el sino,
con fe y valentía, en mi camino.
Aunque el destino me ponga a prueba,
mi espíritu indomable, nunca se doblega.