EL QUETZAL EN VUELO

EL MILAGRO DE TU VOZ

Oí tu voz muy cerca de mi esperanza, derramando el sonido de la felicidad, gozabas de la prolongación de tu familia en la gracias de una risa infantil y tu cuerpo se estremecía rítmicamente de felicidad. No pensabas en nada, que no fuera la gloria de existir y de pronto el milagro abrió su telón y empieza como relámpago a compartir tu felicidad con mi alma y las letras se hacen.

 

Yo sí creo en los milagros como creo en el amor y se también cómo se enciende una fogata en el monte, cuando la hierba seca, sirve de acelerante. Así estaba mi alma y el camino a mis letras como leña seca amontonad, cuando llego tu imagen, incendiando mis letras cada mañana y acelerando tu atención con un saludo hasta que ¡ZAZ!, se hizo el milagro y llego tu voz a mi alma

 

Tu voz temprana, no dijo nada que no sintiera. Sembrabas de geranios el camino de regreso a mis sueños, Tiene la magia de no hablar de amor, pero me transporta a ese sitio sin retorno donde la esperanza da los resultados que en tantos poemas pedias a tus letras; su realización. Esta mañana de domingo, tu hiciste el milagro de la vida, contagiando tu felicidad, con mi poesía

 

Para los Dioses hacer un milagro no es tan estrepitoso, pues es parte del oficio divino y para las diosas como Tú, inspirar un poema. Parece ser algo tan cotidiano como una tarde roja en el horizonte. para mi cada palabra dicha como un acróstico de la palabra te he buscado, que completas con la armoniosa vos de tu ternura, diciendo sin decir, aquí estoy. LEEME, ESCUCHAME.

 

A veces no se requiere un poema de Becker o de Neruda para reconocer el eco del amor. Tampoco se requiere de un   Moisés abriendo los mares para reconocer un milagro, ellos existen independiente mente del impacto. Solo debemos desear, con el corazón su realización. Por eso creo en el milagro de tu voz esa mañana. Porque no es algo tuyo o mío. Es un regalo del cielo,

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO