Ayer la vi…
Todavía estaba de pie,
sola, abandonada, vieja,
no pude evitar detenerme.
¡Cuántos recuerdos!…
Gritos, llanto, dolor y miedo,
los brazos tibios de mi madre,
el olor a café y a pan
Lágrimas sueltas…
A pesar de todo lo malo,
fueron mucho más las bondades
que recibí de mi mamá.
Sigo de largo…
Una sonrisa y un suspiro
me acompañan al despedirme
de aquella casa del pasado.