nachosol

Celajes esmaltados

Celajes esmaltados

Han tardado las lluvias
en llegar a los campos yertos,
en reverdecer las marmóreas tierras,
en regar el rumoroso arroyo
y cubrirlo de cobrizos y dorados celajes.

A lo lejos quedaron
aquellos campos de verdura imposible,
cubiertos de ilustres margaritas
y amapolas como gotas de sangre,
como si la memoria misma
fuera un lienzo herido.

La vida,
como un largo camino montañoso,
se llena de sueños
que arrastran reminiscencias antiguas,
ecos de un tiempo que respira aun
en las honduras del alma.

Dejé mi mente abierta
a nuevas inquietudes,
a esas que nacen sin aviso
en los confines del sueño,
donde los celajes se esmaltan
con matices subliminales
y la noche revela
lo que la vigilia calla.

Allí,
entre lluvia tardía y memoria viva,
crecen las visiones:
tiernas, inciertas,
como una semilla despierta
bajo el primer resplandor del alba.