Ysabel Gonzalez

Un destello entre las manos.

La noche vestida de un dulce color

con manto de seda y sutil resplandor

pinta en el cielo un profundo azul

donde las estrellas danzan con luz.

 

Una niña hermosa, sencilla y pura

contempla el cielo con gran ternura

cuando una estrella, traviesa y veloz

del alto firmamento de pronto escapó.

 

En caída libre, brillante y audaz

descendió ligera, sin prisa ni afán

y al posarse suave en sus tiernas manos

encendió su alma con tibios destellos.

 

Ella la toma con dulce emoción

y encantada dice con admiración

¡Estrellita, estrellita… qué bello fulgor!

” La estrella responde brillando mejor”

 

¡Estrellita, estrellita… te quiero guardar!

para que tu luz no se vaya a apagar

Eres una joya, regalo especial

tesoro del cielo que vino  mi alma  alumbrar.