Si cada lucha ganada queda
en lo más profundo de uno mismo,
se convierte en una talla más del aprendizaje.
Cada caída aporta
nueva fuerza al levantarse;
cada derrota no solo enseña, sino que se transforma en fuerza interior renovada,
y cada triunfo, es desafío que exige más para mejorar.
Cada experiencia vivida
que aporta comprensión, reflexión y cambio
transforma la vida en un auténtico arte.
Por eso, ¿cada día otro día más, o otro que se abre como una página en blanco...?
¡Una oportunidad más para avanzar,
una nueva talla para el aprendizaje!