Trémula vive mi fe, vieja herida;
en tus ausencias cultivo el anhelo.
A tu recuerdo cansado hoy apelo,
nace mi voz por tu luz encendida.
Hondo vacío me aparta del cielo;
en promesas quedó la despedida.
Late este dulce amor, fe prohibida;
odio quererte y volverme de hielo.
Mi soledad me repite: me aburro.
Incierto pulso, eco caprichoso.
Vuelvo a tu nombre, cansado, susurro.
Insiste el sueño, dolor tan precioso.
Desde el adiós por tus sombras discurro.
Amo tu ausencia: un daño silencioso.