Como eternidad es un destino,
son las paredes que se adhieren
al moho de nuestras almas.
Infinidades de estrellas que
dejan huellas, son ellas
las que de soledad se
aterran.
Cuentan cuán incierto es
el futuro, y a lo desconocido
yo me aferro.
No soy de hierro,
menos de metal, pero si
nos han de atacar, quisiera yo
salvar tu mundo entero.
Aunque en un destino yo
dé mi último suspiro.
Por más que predestinado
sea mi lugar y no a tu lado.
Yo elijo tu vida salvar
antes que con la mía
lidiar.