Abigail

A

Hoy le hablé de ti a mi madre, 

ella me felicitó por ya no verte, 

pues nunca te quiso presente, 

y yo por ti fui indiferente.

Se alegró porque pude terminar contigo,

le conté la cosa más mínima que hacías,

y ella supo que desde un inicio

yo tal vez no fui lo que querías.

Supo que perderme para ti era un castigo,

que no me merecías,

que podías esforzarte

pero dañabas lo que tenías. 

¿Por qué todos lo veían,

pero yo siempre me negaba?

¿Por qué no hice caso a ninguna palabra?