Él en busca de una noche, esas que nunca se olvidan, ella buscando un amor, que dure toda la vida.
Un hombre preso en libertad, estando lleno de sueños, y una mujer reflexiva, pero vacía por dentro.
Los dos buscando una razón, que dé sentido a sus vidas, y cuando se conocieron, fue amor a primera vista.
Aunque ellos fueron dos seres, separados por un cielo, por la época y los años, tragados por el silencio.
Pero ellos se conocieron, en el momento perfecto, en una simple coincidencia, de un intervalo de tiempo.
Un hombre que irradia luz, y se oculta en la penumbra, una mujer con más sombras, que las fases de la luna.
Él siente la depresión, durmiéndose en su letargo, ella respira tristeza, es el dulce más amargo.
Él solo quería encontrar, alegría en última instancia, pero son almas separadas, por una vida de distancia.
Y es que ella quería un amor, que durara para siempre, en los sueños navegaban, por dimensiones diferentes.
Existiendo divididos, entre la muerte y la vida, la distancia es el destino, y el siglo de su perfidia.
Él es esclavo del miedo, ella de la soledad, el viento sopla sus nucas, saben que se perderán.
Están en mundos distintos, entre presentes alternos, son dos almas conectadas, sufriendo en cuerpos ajenos.
Su mente está confusa, el frío los enfermará, podrán no verse ni hablarse, pero olvidarse jamás.
Aunque él solo quería una noche, de esas que nunca se olvidan, y ella deseaba un amor, durante toda la vida.