No fue la palabra dicha en la agonía
ni el gesto duro que marco la brecha,
fue esta inquietud que a la memoria acecha
la que acabo con nuestra travesía.
El silencio tejió la lejanía
una red fina donde el tiempo se pierde,
es el quien guarda el rastro que me muerde
y no la acción que hirió nuestro gran día.
Ahora la paz existe y solo llama
a lo que pudo ser, si se hablaba a tiempo,
es culpable de apagar la llama
al no encontrar el necesario aliento.
Deja que el fondo sea una sutil trama
de lo que no se ha dicho trae tormento,
el silencio es un muro sin alarma
que cubrió el sol con un frío juramento.
AdoradoSilencio
©Violeta