Entre espumas y risas juega el dientito
la ducha lo despierta con su travieso chorrito
el cepillo lo frota enérgico, pero con cuidadito
y queda reluciente, fresquito y bien bañadito.
Después de su baño sonríe radiante
el cepillo lo abraza con cariño constante
la ducha lo mima con frescura brillante
y el diente luce alegre, limpio y elegante.
Burbujitas de menta bailan sobre su piel
el cepillo lo abraza, el agua cae también
él feliz ríe porque sabe muy bien
que un fresco baño lo deja limpio otra vez.