JUSTO ALDÚ

EL ERROR

Fue un error, dijo el destino,

pero siguió tan campante;

remendó tarde el desplante

con hilo rojo y espino.

Yo, pobre actor peregrino,

tropecé con su fervor,

y en su alegre mal humor

me apuntó como culpable.

¡Vaya juez tan insalvable!

Se absolvió tras el error.

 

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