¡Hola a todos, amigos del mundo lejano!
Hoy les cuento de un día, tesoro mexicano.
El doce de diciembre, fecha especial,
celebramos a mi Morena, sin igual.
En México, mi tierra, el corazón palpita,
recordando a la Virgen, que amor nos invita.
Ella, en Tepeyac, a Juan Diego se mostró,
y su amor eterno, al mundo entero dio.
Peregrinos llegan, con paso lento y firme,
a la Basílica, donde el alma se exprime.
Cantamos y rezamos, con fervor profundo,
agradeciendo a mi Morena, que nos cuida en el mundo.
Para nosotros, Ella es madre y guía,
protectora fiel, que siempre nos irradia.
Símbolo de esperanza, en cada amanecer,
mi Morena, la Virgen, a quien debemos querer.
Así que, amigos, si un día nos visitan,
en diciembre, esta fiesta no se la pierdan.
Verán cómo la fe y el amor se abrazan,
en este día mágico, que a México enlaza.
Con música y colores, el alma se llena,
celebrando a mi Morena, la Virgen Morena.
Una tradición hermosa, que quiero compartir,
¡el doce de diciembre, siempre en mi existir!