SÚPLICA
¡Oh dios poderoso! Apiádate de mi que estoy lleno de resentimiento y tristeza
He olvidado, como el codicioso, aquello que apacigua mi alma
Tengo una sensación de muerte que me acompaña a donde voy
Reúno fuerzas en vano para seguir la vida, siempre la infelicidad y la desdicha me alcanzan
Mientras mi cuerpo logra conquistar el mundo, mi alma expira en cada victoria
Soy un falso asceta, incapaz de discernir el sentido mismo de vivir
¡Oh dios poderoso, ten piedad de mí! …